divendres, 1 de maig del 2009

En tenis no hay empate: uno gana y el otro pierde. Pero nosotros estamos aprendiendo que más vale seguir esforzándonos... ¡que la victoria misma!

Y además aprendemos que cada uno de nosotros somos únicos y preciosos, muy especiales.
Nuestro valor no depende del tenis.